martes, 14 de agosto de 2012
Te abriste paso rápidamente por el pasillo, tus parpados se deslizaban constantemente mientras avanzabas, acelerabas mas; tus prendas se desgarraban por el brusco movimiento, nunca volverías a correr así, ¡nunca!. La luz se hacia mas clara, los candelabros iluminaban el recinto con mas intensidad a cada paso que retumbaba al choque de tus zapatos con la madera. Llegaste a una puerta de cedro, marrón oscura, que presentaba un tallado de un crucifijo, pateaste la puerta empleando tus famélicas fuerzas; una luz mas intensa destellante por la apertura súbita de la locación atento contra tu sentido de la vista, antepusiste tus brazos ante tus ojos, menos de 10 segundos tardaste en apartarlos y revisar ante ti una imagen perversa.
- ¡Justine!
No era ella, una bestia cogía por las piernas a una joven no mayor de 14 años, ella estaba postrada en el suelo mientras la bestia con una de sus manos procedía atentar contra la doncella con la violencia de un búfalo, te quedaste mudo, debes quedarte mudo, no, que hacer idiota , has algo, ya, por que tus piernas no reaccionan, no puedes aguantar, pero debes, debes tu lo sabes no puedes quedarte quieto. canales de sangre cortaban las piernas de la joven y la sotana se teñía de un color violeta al contacto con la túnica marrón. Viste sus ojos y los ojos marrones, sencillos, vacíos, sus retinas ausentes, no había nada, solo vació, un vació puro. No había lagrimas, hasta que llegaste, tu llegada marco un llanto en su rostro una mutación en el color de sus pupilas, violenta, cortaba todo el ambiente, me miro con indignación, con lastima, miraste hacia un costado de la habitación, una chimenea presentaba una serie de leños ardientes camine lento, el tiempo se redujo, lento, imperceptible, un sumbido cubría tus oídos. Una granada cayo en ellos y tomaste el leño son dudar lo usaste violentamente con la bestia ante ti. no escuchabas nada de lo que decía, era indescifrable, incomprensible, no podías mas que mirar sus ojos, el te miro y a los ojos y quieto no pudo balbucear mas. Estaba parado, la niña estaba en el suelo, no recuerdes mas, déjalo ahí para que detalles, usaste el leño y con la parte ardiente calcinaste su miseria. Callo al suelo retorcido de dolor, modo mientras te miraba. Tomaste a la niña en brazos y saliste del lugar. Nadie en tu salida te detuvo, solo te miraron con la niña, el silencio reino en el infierno; cuando entendiste que no podías demorar en retirarte, ellos te temían, hasta yo te temería si hubiese visto aquellos ojos.
El cochero se detuvo, Maximilen se mantuvo estático, la voz de su amigo corto la meditación
- Hay algo que no anda bien contigo Maxime, hoy estas realmente perdido
- No se que opines, pero hoy hay mucho trabajo y créeme que es la primera vez que siento que no me gusta
- Son ideales Maxime, tu acaso no decías que
- ¿Acaso me mandaras a mi con el ultimo embarque de la tarde?
El joven de largos cabellos marrones dibujo un grave disgusto en su rostro ante las palabras del mayor de ambos
- Si es necesario, tu mismo me lo agradecerías
- Te acuerdas del bon sauvage
- Por supuesto, todo me lo recuerda
- Créeme que hoy no quiero estar acá, siento el olor de la sangre corroer mi cabeza, me destroza los nervios, me aniquila mi corazón, solo quiero que esto acabe.
- En eso estamos, por eso estamos aquí.
El mayor de ambos ligeramente alterado empleo un tono que quebró su forma habitual de expresarse
- ¡No! No se acabara .....
- ¿Tienes miedo?
- Si
- ¿De morir?
- No, el hombre solo le teme al fracaso, lo demás son excusas
- ¿Crees que fracasaremos? ¿Que todo esto es por gusto? ¿Por diversión? No soy el arcangel del terror por gusto Maxime, y tu no eres le incorruptible para luego venir a desmoronarte por cualquier problema, si para eso me has traído hasta acá, al menos ten la delicadeza de hacer el trabajo y guárdate tu miedo para tu cama, esto no se trata de ti, se trata de los que creen en ti, somos recipientes de la virtud tu y yo juramos
El hombre de la peluca tenia la vista perdida mientras escuchaba el reproche de su compañero, procedió a exclamar con fuerza y cortando las palabras del otro que hablaba alterado
- Cochero, al comité de salvación publica
El otro joven miro la calle desde el carruaje y se quedo prendado hacia el avance incesante de la carreta
- ¿Te acuerdas de la ciudadana que reparte escarapelas en la entrada de la Convención?
- Si
- ¿Sabes lo que nos diferencia de los Girondinos?
- De mujeres no se nada
- ¿De ciudadanas?
- Para eso fui ayer a La Conciergerie
- ¿La adoptaras?
- Si esto no corriese peligro por ello, si lo haría.
- Creo que es la mujer que mas ves, a pesar de ser un niña mimada, veo que le agarraste cariño
- Solo me recuerda a alguien, sabes que todo es una fachada, Maria Teresa no tiene la culpa de nada, la culpa es de sus padres.
- Alguna vez ellos también fueron niños
- Todos los fuimos alguna vez, eso no nos justifica
- Tal vez, pero, esa niña es peligrosa
- No lo es, el peligro son los monárquicos y los girondinos que buscan cualquier excusa para dar marcha atrás, esa niña es un instrumento para ellos.
- ¿Y para ti que es?
- Para mi es Sofia
- ¡Justine!
No era ella, una bestia cogía por las piernas a una joven no mayor de 14 años, ella estaba postrada en el suelo mientras la bestia con una de sus manos procedía atentar contra la doncella con la violencia de un búfalo, te quedaste mudo, debes quedarte mudo, no, que hacer idiota , has algo, ya, por que tus piernas no reaccionan, no puedes aguantar, pero debes, debes tu lo sabes no puedes quedarte quieto. canales de sangre cortaban las piernas de la joven y la sotana se teñía de un color violeta al contacto con la túnica marrón. Viste sus ojos y los ojos marrones, sencillos, vacíos, sus retinas ausentes, no había nada, solo vació, un vació puro. No había lagrimas, hasta que llegaste, tu llegada marco un llanto en su rostro una mutación en el color de sus pupilas, violenta, cortaba todo el ambiente, me miro con indignación, con lastima, miraste hacia un costado de la habitación, una chimenea presentaba una serie de leños ardientes camine lento, el tiempo se redujo, lento, imperceptible, un sumbido cubría tus oídos. Una granada cayo en ellos y tomaste el leño son dudar lo usaste violentamente con la bestia ante ti. no escuchabas nada de lo que decía, era indescifrable, incomprensible, no podías mas que mirar sus ojos, el te miro y a los ojos y quieto no pudo balbucear mas. Estaba parado, la niña estaba en el suelo, no recuerdes mas, déjalo ahí para que detalles, usaste el leño y con la parte ardiente calcinaste su miseria. Callo al suelo retorcido de dolor, modo mientras te miraba. Tomaste a la niña en brazos y saliste del lugar. Nadie en tu salida te detuvo, solo te miraron con la niña, el silencio reino en el infierno; cuando entendiste que no podías demorar en retirarte, ellos te temían, hasta yo te temería si hubiese visto aquellos ojos.
El cochero se detuvo, Maximilen se mantuvo estático, la voz de su amigo corto la meditación
- Hay algo que no anda bien contigo Maxime, hoy estas realmente perdido
- No se que opines, pero hoy hay mucho trabajo y créeme que es la primera vez que siento que no me gusta
- Son ideales Maxime, tu acaso no decías que
- ¿Acaso me mandaras a mi con el ultimo embarque de la tarde?
El joven de largos cabellos marrones dibujo un grave disgusto en su rostro ante las palabras del mayor de ambos
- Si es necesario, tu mismo me lo agradecerías
- Te acuerdas del bon sauvage
- Por supuesto, todo me lo recuerda
- Créeme que hoy no quiero estar acá, siento el olor de la sangre corroer mi cabeza, me destroza los nervios, me aniquila mi corazón, solo quiero que esto acabe.
- En eso estamos, por eso estamos aquí.
El mayor de ambos ligeramente alterado empleo un tono que quebró su forma habitual de expresarse
- ¡No! No se acabara .....
- ¿Tienes miedo?
- Si
- ¿De morir?
- No, el hombre solo le teme al fracaso, lo demás son excusas
- ¿Crees que fracasaremos? ¿Que todo esto es por gusto? ¿Por diversión? No soy el arcangel del terror por gusto Maxime, y tu no eres le incorruptible para luego venir a desmoronarte por cualquier problema, si para eso me has traído hasta acá, al menos ten la delicadeza de hacer el trabajo y guárdate tu miedo para tu cama, esto no se trata de ti, se trata de los que creen en ti, somos recipientes de la virtud tu y yo juramos
El hombre de la peluca tenia la vista perdida mientras escuchaba el reproche de su compañero, procedió a exclamar con fuerza y cortando las palabras del otro que hablaba alterado
- Cochero, al comité de salvación publica
El otro joven miro la calle desde el carruaje y se quedo prendado hacia el avance incesante de la carreta
- ¿Te acuerdas de la ciudadana que reparte escarapelas en la entrada de la Convención?
- Si
- ¿Sabes lo que nos diferencia de los Girondinos?
- De mujeres no se nada
- ¿De ciudadanas?
- Para eso fui ayer a La Conciergerie
- ¿La adoptaras?
- Si esto no corriese peligro por ello, si lo haría.
- Creo que es la mujer que mas ves, a pesar de ser un niña mimada, veo que le agarraste cariño
- Solo me recuerda a alguien, sabes que todo es una fachada, Maria Teresa no tiene la culpa de nada, la culpa es de sus padres.
- Alguna vez ellos también fueron niños
- Todos los fuimos alguna vez, eso no nos justifica
- Tal vez, pero, esa niña es peligrosa
- No lo es, el peligro son los monárquicos y los girondinos que buscan cualquier excusa para dar marcha atrás, esa niña es un instrumento para ellos.
- ¿Y para ti que es?
- Para mi es Sofia
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